Conclusión

 En conclusión, como hemos nombrado desde el principio, nos hemos querido poner en una situación

peculiar. Queremos saber cómo se vive un día a día dentro de un aula con niños/as con Síndrome de

Down. ¿Será complicado congeniar con ellos? ¿La docencia se impartirá adecuadamente?. Muchas de

estas preguntas no han surgido y qué menos, que encontrar posibles soluciones.   

El problema que nos surge es la presencia de un aula llena de niños y niñas, pero hemos observado que uno de ellos presenta necesidades específicas a la hora de obtener un apoyo educativo, en concreto Síndrome de Down. Observamos que el aprendizaje que requiere, debe de ser más especializado y mucho más lento. Durante la observación, nos planteamos una serie de preguntas, entre ellas: ¿Hemos impartido bien la docencia?, ¿Se ha dado el temario adecuado para ellos?, ¿Porque no capta bien las instrucciones?, ¿Por qué no tienen iniciativa de pedir ayuda si se ven incapacitados a la hora de realizar la actividad?, ¿Deberíamos emplear más tiempo y dedicación con ellos? etc. 

Antes de todo debemos de saber qué concepciones tenemos nosotros, en cuanto a dicha enfermedad. Después de haber investigado un poco, debemos seguir formándonos y por ello, obtener la información necesaria al personal más cercano en el que se encuentre el niño (padres, familiares, amigos), ellos nos facilitarán el trabajo cuando nos encontremos en el aula. Además, aparte de la información proporcionada, nos podremos poner al día, interesándonos en este peculiar trastorno, buscando actividades que les beneficiará en diversas ocasiones etc. 

A raíz de esto, debemos plantearnos lo que realmente debemos de hacer. En primer lugar, lo que debemos lograr es establecer un vínculo profesor/a-alumno/a, ya que si se logra conseguir será mucho más fácil la docencia, debemos ser consciente también que debemos de ser muy pacientes con él, ya que puede demostrar rechazo, por desconfianza. Otro de los puntos más esenciales es favorecer la integración. Ayudará a que el se vea involucrado y se sienta uno/a más del grupo relacionándose con sus compañeros/as. E incluso, comentarles la situación que se abarca dentro del aula y ellos así ayudarán a que la integración del niño/a sea mucho más fácil y sean capaces de normalizar sus dificultades.

Realizado todo este proceso de análisis, obtendremos respuestas a las preguntas que tanto nos planteabamos. Es ahí en ese momento, cuando nos daremos cuenta de que si lo que tanto habíamos planificado ha funcionando correctamente, si las deberíamos de seguir utilizando o incluso eliminar algunas que no nos han parecido del todo eficaces y plantear otras para obtener mayores resultados.

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